miércoles, 25 de mayo de 2016

CCorrección de la actividad de clase.

EEn esta entrada, describiré una actividad que realizamos en clase de LITERATURA INFANTIL el día 20/04/2016 en la Universidad La Salle.


En la clase anterior, nuestra profesora nos avisó de que debíamos ponernos en grupos de tres personas y elegir una de las siguientes opciones para cada uno: leer un libro, narración con libro y cuentacuentos.

- Para la lectura de un libro, sólo hacía falta traer un libro, el cual tenía que ser literario, y seguir su lectura mientras se van mostrando las imágenes.

- En el caso de la narración con libro, también era necesario llevar a clase un libro literario, pero esta vez, no podrá ser leído, sino que había que narrarlo con nuestras palabras, al mismo tiempo que se van mostrando las imágenes que el libro tiene.

- Y en el último caso, había que contar un cuento folclórico, sin ayudas visuales ni textuales que nos pudieran ayudar con su narración. Es decir, debíamos aprendernos en cuento.

En mi caso, mi grupo de tres estaba formado por Inma, Iván y yo, quienes decidimos que la mejor manera de escoger el papel que tenía que desarrollar cada uno era echarlo a suertes.

Para ser sincera, todos preferíamos el libro leído, ya que al tener el texto delante, a pesar de los cuentos son fáciles de contar y leer, siempre nos da seguridad tener el texto de apoyo, por si nos perdemos o nos ponemos nerviosos, además de que esto requiere menos preparación.

Obviamente, la estrategia que menos preferíamos era la de cuentacuentos (cuento folclórico), ya que era la más laboriosa y la que más preparación requería, pero tampoco pasaba nada si nos tocaba, ya que, en realidad, no considerábamos “mala” ninguna opción.

A mí me tocó la opción del libro narrado. :D

                                   

Antes de la actividad, me informé de cómo debe realizarse la técnica de la narración con libros, que consiste básicamente en tener el libro delante, para que los niños a quienes se lo vas a contar puedan ver las imágenes del mismo, y en vez de leer lo que pone en cada página, describir la historia (sabiendo de lo que va el libro) según se vayan dando las imágenes, es decir, no se debe contar la historia ilustrándola con las imágenes, sino que se “cuentan” las ilustraciones, narrándolas, describiéndolas, apoyándose en los decorados, en los personajes, en los detalles de los gestos o movimientos…etc.

La narración con libro es una “narración”, no una lectura, aunque haya quienes prefieran leer los libros con apoyo gráfico para trabajar la secuenciación de imágenes y el razonamiento icónico, debido a que la narración con libro está pensada, fundamentalmente, para trabajar la decodificación gráfica e icónica.

La técnica de la narración con libro es muy parecida al cuentacuentos, porque en realidad no se lee, sino que se cuenta, pero con el apoyo de las imágenes.

En esta actividad, al tener que contarles el cuento a tres personas, el tamaño de éste no tenía por qué ser grande, ya que al ser pocos, un libro de tamaño medio podría servir, por eso, escogí el libro sobre el que escribí en la primera entrada de este blog: “Un poco perdido” de Chris Haughton, el cual considero ideal para la edad de 2-3 años (como expliqué, como ya he dicho, en la primera entrada del blog), ya que, como aún lo tenía por casa, pues pensé: “Como éste ya me lo he leído, y hasta lo he analizado, lo llevo y se lo cuento a mis compañeros, y así aprovecho y se lo devuelvo a mi profesora, que fue quien me lo prestó”.

Esto, si estuviera en una clase de Infantil, no podría haberlo hecho, ya que la manera más común de leer un libro es poniendo a los alumnos en corro o sentados frente a ti (en el caso de mis prácticas los cuentos se contaban en el espacio del tatami, donde se realizaba la asamblea), y con el libro que había escogido solo podrían ver las imágenes aquellos que estuvieran colocados frente a mí y en primera fila, ya que es un libro de tamaño mediano, por lo que tendría que haber elegido otro o contarlo en grupos reducidos.

En cuanto a la preparación, me repasé la historia del libro el día de antes de la actividad, pero no lo ensayé como es debido con nadie, ni delante del espejo, simplemente pensé en dejarme llevar y contarlo lo mejor que podía en clase.

                                   

En el momento de realizar la actividad práctica en clase, como nos faltó uno, tuvimos que acoplarnos con otro grupo, y cada uno se dispuso a contar su cuento.

La primera vez, comencé yo, contando mi cuento a Silvia, Emi, e Iván. La verdad es que romper el hielo siempre da un poco de vergüenza, y más si vas a contar un cuento para niños a adultos, como si de niños se tratasen, las siguientes veces en las que me tocó con diferentes personas, fueron empezando ellos.

Al principio, para introducir en cuento les dije algo así como “Buenos días, os voy a contar un cuento que se llama Un poco perdido, pero para ello, hay que pedirle permiso al libro” y comencé a decir: “Libro por favor, ábrete”, y como no me hacía caso, les pedí- entre risas por la vergüenza -a mis compañeros que me ayudaran, con lo que ellos, entre risas también, me ayudaron a pedirle al libro que se abriera.

Una vez que comencé la narración, procuré no leer ni una sola palabra de las que en el libro aparecían, ya que me sabía perfectamente el argumento de la historia, y la verdad es que no me había preparado ningún guion, sino que el narrarlo fue más bien improvisado, mientras señalaba los elementos a los que me iba refiriendo y cuidando la entonación todo lo que podía, para que fuese clara y atractiva.

Jugaba también con mis compañeros, a preguntarles “¿es esta la mamá del pequeño búho?” cuando la ardilla en su intento de ayudar al pequeño búho a encontrar a su mamá nos llevaba a personajes como un oso, un conejo o una rana, para que ellos respondieran que no. La verdad es que participaron de manera muy positiva.

Cada vez que acababa de contarlo, mis compañeros me daban algunos consejos y opinaban sobre como lo había hecho y qué aspectos podía mejorar, al igual que hacía yo con ellos cuando acababan su lectura/narración.

De entre los comentarios que me dieron se podría destacar los siguientes:

- Ir más despacio, debido a que mi ritmo era adecuado para mis compañeros, pero para contárselo a niños de 2-3 años podría resultar complicado.

- Poner voces a los personajes, para que así los propios niños puedan notar cuando se hablan los distintos personajes, aunque después se lo vayamos a decir. (Con esta última no estoy de acuerdo, como explicaré posteriormente).

- Podría preguntar cosas como: “¿Qué creéis que pasará ahora?”

- Como se trataba de una narración, podía “cambiarla” un poco a mi antojo, y me aconsejaron que en vez de decir que “todos se fueron al nido a comer galletas”, lo cambiara por “comer alpiste” o algo así, lo cual resultaba más real.

En cuanto a las cosas buenas que creo que he realizado en mi narración, podría destacar la entonación, ya que procuré que fuera lo menos monótona posible, y la teatralicé un poco (tampoco mucho, me daba vergüenza). Además, hice participar a mis compañeros en distintas ocasiones, y por supuesto, no leí nada de lo que estaba escrito en el libro, si acaso, algunas onomatopeyas.

Creo que podría mejorar la teatralización de mi lectura. La verdad es que nunca antes había contado un cuento y me daba bastante corte hacerlo delante de dos o tres personas adultas, por mucho que fueran de mi clase, ya que no eran mi grupo de amigas, por lo que hacer el ridículo daba más impresión y a veces entraba la risa, pero solo al empezar a contarlo, luego, una vez que estaba roto el hielo, seguía el cuento con normalidad.

Desde luego, creo que delante de los niños lo habría hecho mejor, porque no es lo mismo contarle un cuento a tus semejantes que a tus alumnos o a cualquier niño.

Con los niños, habría teatralizado más porque no me daría tanto corte, además de exagerar más las palabras como “GRAAAANDE”, “puntiagudas”…etc, así como los gestos, para que los propios niños puedan hacerlos conmigo.

Se supone que ellos mismos te imitan cuando haces los gestos, pero en el caso de que no lo hagan, siempre podría preguntarles “¿A ver como hacéis GRAAANDE?”

Además, iría señalando más los personajes, hablando de forma más calmada, pero , como he dicho antes, no cambiaría las voces de los personajes, ya que mientras que realizo la narración les estoy señalando qué personaje habla, por lo tanto no sería necesario. También iría representando las emociones con el rostro (alegría, preocupación, sorpresa…etc.) a la hora de contar lo que en el cuento pasa, como cuando encuentran a mamá búho, o la ardilla le lleva ante animales que no son su mamá…etc.

Considero que con el tiempo los cuentos se aprenden a contar mejor, ya que, como con todo, la práctica hace que vayamos cogiendo soltura y aprendamos a hacerlo, a pesar de que a los niños los cuentos les van a gustar los cuentes como los cuentes.

Otra cosa que podría hacer es que mientras que voy narrando el cuento, sean los propios niños los que improvisen los movimientos y las acciones de los personajes cuando la narración lo requiera. Claro que, como narradora, es mi deber estar atenta para motivar animar y guiar dicha representación.

Considero buena la estrategia de narrar el cuento, ya que favorece el juego simbólico, la identificación con los personajes y la comprensión de las acciones.

En cuanto a la realización del taller, lo considero una buena práctica, porque nunca sabes verdaderamente como contar bien un cuento sin ponerlo en práctica, y aunque en mi opinión no lo he hecho mal, sé que se necesita mucha práctica para hacerlo correctamente.

Además, he podido fijarme en estrategias que el resto de mis compañeros utilizaban, y en ocasiones pude encontrarme con algunas parecidas, decidiendo quedarme con las que más me gustaban.

Por ejemplo, Marta hizo una que me gustó mucho que consistía en lo siguiente:

Nos decía (a las personas a las que tenía que contarnos el libro) que nos iba a contar un libro, pero antes de abrirlo actuaba como si el libro no le dejara abrirlo, y nos decía que teníamos que pedirle permiso, acto seguido nos lo ponía delante y nos animaba a darle unos golpecitos para que el libro “se despertara”, y después lo repetía ella y decía, muy calmadamente y como en un susurro: “Vale, ahora sí nos deja abrirlo…” y comenzó su lectura tras decirnos el título del libro.

También, pude escuchar distintas entonaciones a la hora de relatar un cuento, las cuales pude ir aplicando las siguientes veces que relataba el cuento, aunque he de confesar que después de contarlo varias veces ya no me lo curraba tanto, porque estaba cansada y además me dolía la cabeza, debido al barullo.

Quitando eso, la actividad me encantó, ya que además de conocer la teoría sobre cómo contar de manera correcta un cuento, pude ponerla en práctica, cosa que, parece fácil, pero no lo es. Al menos para mí.

Me gustaría que llegue el día en el que sepa contar cuentos a los niños y tener la sensación de que verdaderamente lo he hecho bien. Espero que para la próxima me salga mejor, e ir mejorando poco a poco.

¡NOSOTR@S PODEMOS!


BIBLIOGRAFÍA:

http://www.milrazon.es/Libros/un-poco-perdido-Chris-Haughton-a-bit-lost-cuento-del-pequeno-buho.aspx (15/03/2016)

https://librosdepapelblog.wordpress.com/2013/04/02/un-poco-perdido-de-chris-haughton/ (15/03/2016)

https://clinicadeansiedad.com/problemas/ansiedad-por-separacion/ansiedad-y-miedos-en-la-infancia/ (14/03/2016)

http://espanol.babycenter.com/a10900097/la-ansiedad-infantil (14/03/2016)

https://www.healthychildren.org/Spanish/ages-stages/toddler/Paginas/Emotional-Development-2-Year-Olds.aspx (14/03/2016)

http://internenes.com/index.php?module=recursos&func=jugar&grp=psicologia&orden=2&pag=4&id=12378(24/03/2016)

(He utilizado la misma bibliografía que en mi primera entrada, la del análisis del libro "Un poco perdido", porque al contar el mismo, lo he enfocado a niños de la misma edad que en dicha actividad, contándolo teniendo en cuenta sus caractéristicas, las cuales, por no repetirme, podéis leer en mi primera entrada.)

martes, 24 de mayo de 2016

Biblioteca de aula y animación a la lectura

En esta entrada se expondrá una actividad que consiste en elaborar, de manera grupal, un rincón de lectura para un aula de infantil de segundo ciclo.

Al formar el grupo para realizar la actividad, nos hemos ido a juntar las siguientes personajillas:

-  Celia Coronado García
- Sheila Yedra de la Iglesia
- Laura García Martín
- Raquel Martín García (servidora)

Para ello, nos hemos basado en un aula real, el aula de la clase en la que Yedra hizo las prácticas, en el Santa Bernardita (Madrid), con todo lo que ello conlleva, es decir, con sus problemas de columnas, puertas, ventanas y dificultades de espacio. (No hemos podido conseguir una foto del aula, lo sentimoooos).

Esta actividad, básicamente, trata de reflejar lo planteado en el bloque sobre la creación de una biblioteca de aula, cosa que comentaré al final de la entrada, en la reflexión personal. En este caso lo hemos adecuado para niños de 4-5 años, porque esa es la edad que decidió el grupo, pero no por nada en especial. 

Por lo tanto, para una correcta creación de una biblioteca de aula, se debe tener en cuenta el siguiente esquema:

- Situación en el aula
- Diseño del aula
- Contenido /fondos
- Organización y gestión
- Dinamización y animación

¡Empecemos con el desarrollo!
Situación en el aula


El rincón de lectura o biblioteca de aula, ha de ser un lugar el cual invite a la lectura del niño a través de actividades libres o motivadoras.

Dicho rincón, es uno de los más importantes del aula y se ha de situar en un lugar óptimo, es decir, un lugar que reúna las condiciones necesarias para poder llevar a cabo la lectura. 

Cuando hablamos de condiciones necesarias nos referimos a que presente un ambiente acogedor, familiar, cercano, motivador; en el que prime la iluminación, que se trate de un espacio ambientado, organizado, cómodo en el cual podamos ver la autonomía del niño para coger y ver los libros, un lugar que transmita tranquilidad e invite a la reflexión, en definitiva, un lugar de disfrute en donde no haya interferencias acústicas ya que esto será una distracción e impedimento para conseguir dicho ambiente óptimo del que hablamos.


El rincón de lectura, se caracteriza por ser tranquilo y agradable para poder trabajar en él sin que se moleste al resto de los compañeros; también ha de convertirse en un punto de unión entre las distintas bibliotecas del entorno, permitiendo y tratando de conseguir que las actividades que se programen durante el curso en relación a la biblioteca de aula inciten en la formación de una biblioteca particular del niño en casa, ya que así contribuirá a utilizar y sacar un mayor partido de los recursos de la biblioteca del centro así como de la municipal.


Diseño del aula

El diseño que hemos escogido para plantear en nuestra biblioteca es el fondo del mar, parecido al que se muestra en la imagen. 

Algunos de los libros (los relacionados con el tema que se esté tratando en clase, o los más escogidos por los niños, etc.) los dispondremos en la pared donde se encuentra el “fondo del mar” con velcros.


Los libros más ligeros podrán ponerse más arriba, sobre la figura de algún pez o alguna burbuja, mientras que los más pesados, aunque también con velcros, los dispondremos por la zona de las algas, para que así también se queden apoyados en suelo, y sea más fácil que se mantengan en el panel.

El resto de libros los distribuiremos en dos cajas de plástico transparente, que situaremos a ambos lados del panel del fondo del mar, y que forraremos como si fueran cofres del tesoro.

Con respecto al control de los libros, el sistema que hemos planteado es hacer una vieira de gran tamaño, que si no se utiliza permanecerá cerrada mientras que si los niños van a escoger o devolver un libro, la abrirán.

En la parte de arriba se encontrarán, en miniatura y plastificadas, las fotos de la portada de los libros, mientras que en la parte de abajo se encontrarán fichas de pequeño tamaño, en la que habrá dos huecos, uno que estará ocupado por la foto del niño, y el hueco de al lado que estará libre para que el niño coloque ahí (con sistema de velcro), el libro que va a sacar.

Además, dispondremos de un sistema de evaluación de libros, el cual se tratará de una tabla con las portadas de los libros que estén expuestos en ese momento en la biblioteca de aula, para poderlos "poner nota" (malo, normal, bueno) mediante un sistema de caritas.

Los niños y niñas, podrán pegar su foto en la carita que prefieran según su opinión del libro que se hayan leído, mediante un sistema de velcro.

Imagen explicativa:



Como podemos observar, en la primera columna se expondría el título y la imagen de la portada del libro en cuestión (los cuales están pegados con velcro también para poder ir cambiándolos a medida que se van renovando los libros de nuestra bilbioteca), y los cuadraditos que se aprecian bajo las caritas vienen a ser los velcros en los cuales los niños podrán pegar sus fotos.

Lo único fijo de este panel son las caritas.


Contenido /fondos

En cuanto al contenido de nuestra biblioteca de aula, hemos decidido que lo ideal sería que estuvieran expuestos una serie de libros literarios, pero también otros paraliterarios. Además de eso, en la biblioteca podremos encontrar algunos folletos, revistas y libros académicos/de información sobre los temas que estén trabajando, para completarla.
Por supuesto, este contenido iría variando a lo largo del curso.

La proporción aproximada sobre la composición de los libros sería la siguiente:

Revistas
18,6%
8 ejemplares
Folletos
9,3%
4 ejemplares
Libros académicos
6,97%
3 ejemplares
Libros paraliterarios
18,6%
8 ejemplares
Libros literarios
46,51%
20 ejemplares

Para realizar la tabla anterior, nos hemos basado en la cantidad de niños que haya en el aula. Nosotras hemos querido poner un tamaño estándar (unos 25 niños), el cual es el más común, para que las personas que lean este blog lo puedan aplicar a sus clases.

Además de estos libros, los niños podrán traer los libros que deseen de sus casas para mostrárselos a sus compañeros, y llevárselos cuando ellos deseen, por lo que a esta tabla le sumaríamos los nuevos libros. También se expondrán en la biblioteca los libros que hayan sido tanto realizados por ellos (Libros viajeros, Libros de familia…etc.) como por su profesora o profesor para ellos.

Estos libros no los añadimos en la tabla porque no podemos saber cuántos va a haber, pero como serán unos pocos, los contaremos como un “plus” a los libros expuestos.
¡Que no sea por libros!

Los libros literarios que tenemos pensado exponer son los siguientes:
- La vaca que puso un huevo (Andy Cutbill)
- Todos sois mis favoritos (Sam MCBratney)
- Por cuatro esquinitas de nada (Jerome Ruillier)
- Pequeño azul y pequeño amarillo (Leo Lionni)
- El cazo de Lorenzo (Isabelle Carrier)
- Orejas de mariposa (Luisa Aguilar): Ideal para los más pequeños pero también para quienes no hayan aprendido a aceptarse tal y como son.
- Yo siempre te querré (Hans Wilhelm)
- El libro negro de los colores (Rosana Faria y Menena Cottin)
- El pez arcoíris (Marcus Pfister)
-Ser princesa no es un cuento (Irune Labajo)

Además de esto, la profesora tendrá libros para su única disposición, por lo que no estarán expuestos en la biblioteca. Estos libros serán sobre cuentos folclóricos para contárselos a los alumnos oralmente, como deben ser.

Un ejemplo de estos libros podría ser el de “El libro de los 101 cuentos”, el cual contiene numerosos cuentos y nos podría ser muy útil para desarrollar la imaginación de los niños, algunas recopilaciones de los Hermanos Grimm, de Andersen… (Aunque algunos ya están en el libro mencionado anteriormente)

Por supuesto, estos cuentos habrá que contarlos tantas veces como los niños los soliciten, ya que con una sola vez no van a poder profundizar en la historia. Es necesario repetírselos.

Organización y gestión

Para analizar la organización y gestión, hemos decidido que el rincón de lectura necesitaba un nombre, y como la temática es el mar, y en el mar, como bien sabemos, hay tesoros, el rincón recibe el nombre de “Los tesoros del fondo del mar”, haciendo una comparación entre los conceptos “libro” y “tesoro”, ya que consideraremos tesoros a los libros.

Esto implica que los libros se deben cuidar y tratar con el debido cariño y nunca a lo loco, ya que se podrían romper.

El espacio de lectura se podrá utilizar siempre que estén en el tiempo de juego libre. Nos ha parecido buena idea no fijar un tiempo de lectura, ya que estaríamos obligando a los niños a coger un libro, y lo que nosotras queremos es que la literatura sea un placer, no una obligación.

Pero, sin embargo, como la hora del cuento sí se debe programar, hemos decidido que todos los días, antes de que los niños se vayan a casa, se les contará un cuento.

A este tiempo se le llamará la hora de “escuchad, escuchad, pececitos”, de tal manera que siempre que la profesora diga “escuchad, escuchad, pececitos” los niños sepan que es la hora del cuento, se coloquen en el espacio de lectura y escuchen lo que la profesora (o profesor) les narra.

Algunas veces se tratará de cuentos folclóricos, otras veces cuentos que ellos mismos te pidan de la biblioteca, otras veces cuentos que se hayan traído de casa…etc. Se pueden dar un sinfín de situaciones según se desarrolle el día.

En el caso de que nadie haya demandado ningún libro, será la profesora quién decida qué cuento contarles, repitiendo alguno que ya ha contado o narrando otro nuevo, en función de cómo se haya dado el día, por si hay algún valor que reforzar, por si es de interés preguntar a los niños sobre algún tema que se dé en el libro elegido…etc.

Aquí os dejo un croquis en plan cutre que he realizado para que nos podamos hacer una idea de cómo estaría organizado nuestro rincón de lectura.




Por si no se ve bien, voy a describir a continuación cada numerito.

1. Panel del fondo del mar: Es un espacio pegado en la pared donde se encontrarán los libros (como hemos explicado en el punto sobre diseño de aula)

2. Espacio de cojines: Se trata de un espacio donde se guardarán los cojines, apilados, de forma que los niños los cojan cuando quieran leer un libro y sentarse en su "burbujita", para después volverlos a colocar en el mismo sitio una vez que hayan acabado su lectura y deban recogerlos.

3. Espacio de lectura: Es un espacio cuyo suelo es de colchoneta, donde los niños podrán situarse con sus cojines. Este espacio se podrá utilizar tanto para leer por ellos mismos como para sentarse a escuchar un cuento.

4. Sistema de control de libros: Es un espacio que ya hemos explicado en el punto sobre el diseño de aula. (Lo de la vieira grande).

5. Sistema de evaluación libros: Se trata de la tabla de la cual hemos hablado también en la parte del diseño de aula.

Y por último…

Dinamización y animación

Para animar a los niños a la lectura tanto dentro del aula como fuera de ella, lo primero es organizar el espacio, crear un ambiente cálido y que invite a la lectura. Lo ideal es sentarse en semicírculos, pueden sentarse en sillas, cojines, esterillas etc y a partir de ahí crear el ambiente adecuado, con iluminación adecuada e incluso música.

También podemos sugerir que la persona que cuente la historia se disfrace del tema del cuento con el fin de atraer la atención de sus oyentes e incluir un elemento llamativo. El asunto es usar todos los recursos posibles para convertir esta actividad en un elemento capaz de establecer un vínculo entre el niño y la historia. También podemos ayudarnos de la mímica o de imágenes que tengan que ver con el cuento que estamos contando.

Como elemento fijo en el rincón de lectura en infantil, podemos incluir un títere (una princesa, un león… en el caso de nuestra biblioteca, el títere sería un pez por la relación con la temática) que inicie el ritual de la lectura a los niños con frases introductorias con rimas como: “¿Qué tenemos aquí? ¡unos niños lectores! ¡Acompañadme a leer los libros de colores!” o “¡Soy el pez Serafín! ¡Acompañadme al mundo de los cuentos, donde la diversión no tiene fin!”. Con esto, los niños relacionarán estas frases y la aparición de la marioneta con una actividad de disfrute como es la lectura de cuentos y les motivará a leer por ellos mismos.

Es necesario dar oportunidad a niños y niñas para que reflejen su mundo interior a partir de sus vivencias, y para esto podemos hacer por ejemplo, que cuenten el cuento que se ha contado anteriormente con sus palabras, dramatizándolo o preguntar detalles para ver si han entendido la historia, o dibujar algo relacionado con el cuento. Para edades más avanzadas, podemos decir que lo escriban o que inventen un final alternativo (esto último puede hacer con los pequeños pero de forma oral).

Es importante no convertir la lectura en una obligación. La lectura tiene que ser una actividad divertida e interesante, porque solo de ese modo se convertirá en un hábito. Tenemos que animar a los alumnos a leer, a que perseveren en un libro aunque les cueste, pero no obligarles a leer ni a terminar un libro que no les gusta, porque conseguiremos el efecto contrario.



Para finalizar la entrada, me gustaría añadir una reflexión, ahí va:

La biblioteca de aula no debe ser un elemento que se tenga que pasar por alto, sino que es un elemento bastante importante en cuanto a lo que la enseñanza se refiere, por ello se debe cuidar tanto su organización como su funcionamiento, y en el caso de que creamos que no va como debería, siempre se pueden hacer modificaciones, ya sea en cuanto a la decoración, el contenido de la biblioteca, su situación y otros muchos factores que queramos cambiar.

Debemos tener en cuenta que el uso que se le dé al rincón de lectura debe ser el desarrollo del ejercicio del placer de leer, en el cual los niños eligen libremente Y POR SÍ SOLOS, los libros o revistas que deseen.

Una buena biblioteca, es aquella cuya organización anima a la iniciación VOLUNTARIA a la lectura, adquiriendo los alumnos de esta manera los hábitos de lectura que se deben.

IMPORTANTE: Nunca hay que decir a los niños qué libro deben leer, ni mucho menos obligarles a ello, ya que entonces toda la motivación se iría al traste, puesto que pasaría de ser una actividad que a los niños les gusta, a ser una actividad que los niños tengan que hacer por obligación, y como todos sabemos, las cosas por obligación no suelen animarnos mucho…

Si una actividad como es la de leer les gusta a tus alumnos, ellos mismos aprenderán que los libros no están ahí para que sean golpeados ni destrozados. Deben cuidar aquellas cosas que les gustan, al igual que cuidarían a su peluche o juguete favorito.

La lectura es importante puesto que es mediante esta desde donde los niños adquieren la lengua escrita y descubren lo que el lenguaje significa, ya sea a través de imágenes, como del tono con el que el cuento sea narrado, como con el escrito del libro (cuando sepan leerlo).

Para que esto se adquiera sin esfuerzo alguno, mediante el placer, es muy importante que los niños estén motivados a leer en edades tempranas, y para ello debemos seguir las siguientes pautas:

-  Cálido y confortable, próximo al hogar
-  Propicio al uso autónomo por parte de los niños: materiales al alcance de todos, visibles y accesibles
-  Facilitar diversas actividades y elecciones diversas.
-  Ambiente flexible con espacios polivalentes
-  Evitar los estereotipos en la decoración de los espacios, intentando que los niños se sientan identificados en ese espacio, lo vivan como suyo y colaboren en la construcción del entorno
-  Identificar la organización con carteles alusivos, colores o símbolos
- Evitar las interferencias acústicas, determinando las vías de circulación, los accesos, etc.

Bien es verdad, que cada edad tiene unas características, y no todos los libros gustan a las mismas edades. Por lo tanto, para elegir el contenido de la biblioteca de aula, debemos tener en cuenta la edad de los niños para quienes esté dedicada la biblioteca y sus fases evolutivas.

En el trabajo expuesto anteriormente, nos hemos centrado en una edad de 4-5 años, por lo que aún no han desarrollado su periodo operacional, en el cual realizarían operaciones mentales, y están desarrollando su capacidad de representación, por lo que les atrae el dibujo, el juego simbólico, la dramatización…etc. Es decir, a estas edades se trabaja la lectura de la imagen, mediante la cual pueden ir sacando numerosas conexiones entre los dibujos y la historia a la que acompañan.
Además, debemos tener en cuento que sobre los 4 años, desarrollan un gusto especial por todo lo que tenga que ver con la fantasía y lo maravilloso. También les gustas los cuentos de animales, los cuentos con imágenes, texturas…etc.

Aunque los niños puedan gozar de todo lo dicho anteriormente, no debemos olvidar la importancia de leer a los niños, donde hay un predominio del lenguaje oral, que le permite al niño la capacidad de comprender historias, seguir su orden…etc. Mientras, es interesante apoyar la narración con recursos visuales o manipulativos (como los títeres).

Por otro lado, para la selección, además de la propia experiencia y conocimiento directo de las obras, y las opiniones de expertos, tenemos las fuentes bibliográficas convencionales (Bibliografía Española, ISBN, diversas Bibliografías Básicas para bibliotecas infantiles y juveniles públicas elaboradas por el Ministerio de
Cultura y varios sistemas bibliotecarios regionales, por ejemplo, Madrid, o la Comisión Española de la Infancia - CCEI, o el INLE: Libros infantiles españoles). Resulta fundamental el repertorio para bibliotecas públicas de Educación y Bibliotecas (OBRAS DE REFERENCIA. Repertorio bibliográfico para bibliotecas públicas. Redactada por el equipo de redacción de la revista Educación y Biblioteca. 2 _. ed. actualizada. Madrid: Tilde, 1996).

Además es interesante utilizar críticamente los catálogos editoriales con propuestas de trabajo, resúmenes y descripciones de las obras (Asómate a Altamar de Bruño, 100 títulos de la colección Tus Libros de Anaya, 100 Gran
Angular, 100 Barcos de Vapor, Leer y Jugar, guía de la colección Ala Delta...).

Las secciones de las revistas especializadas en la literatura infantil o en la lectura en general (CLIJ, Literatura, Educación y Biblioteca, Leer, Delibros, Urogallo...), las guías de lectura recogidas por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, bibliotecas como las de Guadalajara o el Colectivo Rosa Sensat. Las bases de datos de literatura infantil y los boletines del Centro
Internacional del Libro Infantil y Juvenil, o de la base de datos DOC-E, y los catálogos de las bibliotecas especializadas. Existen también diccionarios de referencia, historias de la literatura infantil, y guías de autores: Autores españoles de la Literatura Infantil y juvenil, de la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil. Diccionario de autores de la literatura infantil mundial, de Carmen Bravo- Villasante, publicado en Escuela Española.

Para la selección de los libros, podemos fijarnos en las siguientes pautas:
-  Que presenten situaciones y personajes con los que el niño se identifique, relacionadas con el mundo cotidiano del niño
-  Que tengan imágenes que representen la lectura
-  Libros con poco texto que estimulen al niño a crear sus propias historias
- Libros de fábulas, cuentos de hadas, adivinanzas, trabalenguas, rimas, canciones...
-  De adivinanzas, acertijos, trabalenguas y poesía
- Cuentos clásicos y populares.
-  Libros con colorido que reflejan alegría y vida
-  Libros de encuadernaciones resistentes, cubierta atractiva, tipografía grande o letra que imite la manuscrita
-  Libros que el niño viva intensamente, que le provoquen, risa, emoción y asombro
-  Libros de información que ofrezcan al niño explicaciones adecuadas a su edad y satisfagan su curiosidad sobre los fenómenos naturales y las cosas que lo rodean.

(Sí, he de reconocer que esta parte la he copiado enterita de la teoría, pero es que no quería dejarme nada)

Otro tema del que me gustaría reflexionar, es sobre la importancia de la motivación y el interés. Como es obvio, para leer se requiere una cierta disponibilidad personal, para la cual es importante el ámbito tanto familiar como educativo que reciben los niños.

Cuando hablo de la familia, me refiero a que si la familia educa al niño de manera que le proporciona libros y se los leen o no les privan del placer de leerlos por ellos mismos, los niños crecerán motivados hacia la lectura. Y al referirme a la educación, si la profesora consigue que mediante el ambiente los niños lean de manera que salga de ellos cumpliendo los deseos de información, de cambiar su estado de ánimo, de identificación, de relajación, de encontrar sensaciones…etc, es cuando ha logrado el objetivo que la biblioteca de aula plantea. Que los niños desarrollen el gusto por la lectura.

Para conseguir esto, hay que saber cómo realizar una buena animación a la lectura, en la cual se debe fomentar el acercamiento tanto afectivo como intelectual a un libro, de forma que, si a los niños les gusta el primer libro planteado, desarrollen el mismo gusto por los demás.

Para ello, es muy importante la acción del animador, quien debe estar capacitado para lograr contagiar esa motivación y ese placer a sus alumnos. Se debe animar al niño a adentrarse a la historia del niño, a darle vida a la narración, identificarse y encariñarse con los personajes y sus acciones… es decir, vivir otras vidas por medio de sus páginas, adentrándose en mundos fantásticos.

En mi opinión, la mejor manera de introducir al niño en la literatura es mediante una lectura que pueda comprender, que le guste y que le haga reflexionar, teniendo en cuenta que debemos contar los diferentes cuentos con una energía y una actitud llamativa, no de manera seria.

El animador ha de conocer e inventar numerosas estrategias; las animaciones han de tener carácter lúdico, diferenciarlas de lo que es materia de clase y alejarlas de todo aire didáctico, de manera que consiga animarles a leer, de manera voluntaria (como he repetido unas mil veces) y que esa lectura les agrade, lo cual permitirá un desarrollo del lenguaje y de la función simbólica, y se irán abriendo perspectivas para el animador, tales como, usar el libro como un juego, o como estímulo de la creatividad y la fantasía. Se puede trabajar en talleres, juegos, concursos, dramatizaciones, etc. Se tratará de ir creando un interés por los libros, un carácter activo y curioso en torno al libro.

En cuanto a la animación a la lectura para bebés, con leerles el cuento es suficiente, utilizando una entonación acertada, claro está, porque tras esto, el bebé aprenderá a pasar las hojas, lo cual desarrollará su motricidad y les divertirá, porque es algo que hacemos los adultos (imitación) aunque ellos no sepan leer, y podrán ir discriminando las imágenes del libro, iniciando así su primer contacto con la literatura.

Obviamente, con convenientes los libros que tengan imágenes que el niño pueda reconocer, de forma que podrá relacionar dicha representación gráfica con la realidad, y podrá reconocer el personaje, sintiéndose, poco a poco, identificado con éste.

A continuación, expondré una serie de estrategias de animación que favorecen el acercamiento de los niños al placer de leer.

 No se trata de actividades para animar a leer un libro concreto, sino para realizar a partir de la creatividad infantil o de un cuento narrado por el maestro. Se trabajan los mismos elementos que en el comentario de textos: argumento, personajes, estructura y valoración. Dichas estrategias son las siguientes:

-              LECTURA ICÓNICA: " Lectura" de pinturas, gestos, viñetas, onomatopeyas visuales..., con la mediación del adulto. Pueden ser de un sólo dibujo y, posteriormente, secuenciadas y creando una historia que se deberá interpretar y razonar.

-              DIBUJAR LOS PERSONAJES: Tras una narración, los niños se imaginan a los personajes y los dibujan..

-              SERIAR DIBUJOS: estructurar láminas con dibujos para crear, sobre la secuencia elegida, una historia. Debe permitirse la secuencia que los niños realicen, aunque no sea la correcta, siempre que expliquen su historia sobre ella.

-              GESTICULAR SOBRE LO NARRADO: El maestro va contando una historia y los niños han de gesticular según sean las emociones que ésta les transmite.

-              REPRESENTAR LA ACCIÓN DE ALGÚN PERSONAJE: uno o varios niños del grupo, de pie, van realizando todo aquello que el personaje elegido hace en la narración del maestro.

-              DEFINIR ESTADOS DE ÁNIMO DE LOS PERSONAJES: según le van ocurriendo cosas a los personajes de la narración, el maestro la corta y pregunta a los niños cómo se sentirá el personaje.

-              PELÍCULA INTERIOR: Leer el cuento con los ojos cerrados y música de fondo. Los niños se dejarán llevar por la imaginación y se permitirá que se disparen las expresiones.

-              ¡TE EQUIVOCAS!: Leer por segunda vez (o tercera o cuarta, dependiendo de la edad de los niños) un cuento con múltiples equivocaciones. Los niños tendrán que descubrirlas

-              LA FRASE PIRATA: Leer un cuento o un fragmento del libro introduciendo una frase pirata que no tenga nada que ver con el estilo ni con el tema. Los niños, seguramente, se darán cuenta.

-              ¿ESTO DE QUIÉN ES?: Se presentan láminas sobre los personajes de la narración y los objetos que los representan. Los niños dicen de qué personaje es cada uno.

-              ¿QUIÉNES ESTÁN?: Se prepara, a partir de la portada del libro y su título, una lista de personajes presentes en el texto junto a otros posibles, con su conveniente descripción. Los niños deben imaginar si están o no en el cuento y explicar por qué.

-              LOS OTROS TÍTULOS: Se dan 10 títulos posibles para un cuento que los niños conocen:  5 se adaptan al contenido (son válidos) y 5 no. Ellos han de elegir y dar razones de la elección. 

-              FIESTA DE LOS PERSONAJES: Al final del curso se realiza una fiesta de disfraces en la que cada uno se disfraza de su personaje favorito.

Dicho esto, he de añadir que el realizar esta actividad me ha parecido super interesante, ya que nunca antes me había planteado hacer una biblioteca de aula, y mucho menos, que tuviera tanta complicación.

Al decir que tiene mucha complicación no me refiero al trabajo en sí, si no el llevarlo a la práctica, porque lo verdaderamente complicado (aparte de pensar los temas de ambientación y del contenido), es llevarlo a la práctica.

Pienso que es un curro muy grande, porque son muchas cosas que preparar, además de todas las otras ajenas a la biblioteca, y para hacer bien la biblioteca de aula que se desea, hay que preparar, comprar, construir y colocar todos los materiales necesarios, lo cual no es tarea fácil.

Normalmente, las bibliotecas de aula que yo he podido ver, por no decir TODAS, siempre son del tipo “Hay un armario con libros y una alfombra al lado para que los niños se sienten a leerlos, o directamente los leen desde su sitio.”
Con este trabajo he aprendido que las bibliotecas no tienen por qué ser así, y que se puede motivar a los niños usando también la ambientación de la biblioteca.

En cuanto a la selección de libros, me parece que no se trata de coger libros “para niños” y ya está, sino que hay que leerlos y analizarlos para saber si son adecuados para los niños a los que se los vamos a ofrecer. Todo el mundo queremos un libro a nuestra altura.

Por lo tanto, animo a todas las personas que me estén leyendo y se dediquen o se vayan a dedicar a la maravillosa profesión de la Educación Infantil a que no se limiten a hacer una biblioteca cutre, sino que inciten a la lectura mediante métodos como pueden ser los que he escrito anteriormente, u otros muchos, ¡anda que no hay!

Nuestros alumnos se lo merecen, y si consigues que desarrollen el gusto VOLUNTARIO por la lectura, significa que no has fracasado, y que puedes apuntar otro triunfo como profesional a los que seguramente ya tendrás.

Como broche final, solo me queda agradecer a quienes me hayáis leído. Sin vosotros esto no tiene sentido.
¡MUCHAS GRACIAS!

Bibliografía:
 Apuntes de Literatura. Irune Labajo. La Salle. Curso 2015-2016

https://es.literaturasm.com/somos-lectores/como-organizar-biblioteca-infantil

http://www.csi-csif.es/andalucia/modules/mod_ense/revista/pdf/Numero_16/MANUELA_SANCHEZ_2.pdf

http://www.csi-csif.es/andalucia/modules/mod_ense/revista/pdf/Numero_14/CARMEN_CONTRERAS_1.pdf