En esta
entrada, me gustaría comentar el artículo "modelos de infancia"
escrito por Anabel Sáiz Ripoll, en el cual comenta cómo el comportamiento de
los niños (en los cuentos), según como evolucionaba la sociedad a lo largo del
siglo XX.
Antes de
nada, me gustaría explicar que al hablar de modelos de infancia, se refiere a
cómo eran los niños, sus comportamientos, su forma de vivir, cómo pasaban el
tiempo…etc.
Para que el
niño se identifique con la historia que se narra, es necesario que esta le
resulte familiar, es decir, que sean experiencias que viva el niño diariamente
para que se puede sentirse identificado.
Bien, pues
dicho esto, empezaré mi reflexión resaltando que la literatura infantil parte
de los temas que al adulto le interesan, es decir, esta literatura va
encaminada según los adultos piensen en cómo debe ser y comportarse un niño.
Como bien
sabemos todos, los tiempos cambian, y los modelos de infancia, de los que habla
el artículo, también, lo que pasa, es que en las primeras décadas, el modelo
que se ofrece al niño no es un modelo realista, ya que, los niños, en ningún
momento son niños que no juegan, ni son niños que tengan un comportamiento
ejemplar, ya que eso es imposible. Sea la época que sea, los niños nunca dejan
de ser niños. Y como niños se comportan, son sus buenos y malos
comportamientos.
Digo esto
porque, en el artículo, se habla de cómo a lo largo del siglo XX se van dando
los siguientes cambios:
- De 1875 a
1902 se daba el modelo de niño ejemplar, es decir, aquel que es bueno con sus
padres, amable con los desconocidos, estudioso, aplicado y caritativo con los pobres,
persiguiendo el único fin de ser bueno, como se puede ver en los Cuentos de
Calleja.
- De 1902 a
1939 de daba el modelo de niño sumiso, el cual acepta cualquier mandato, que tienen
que responder como adulto, siendo estos quienes dirigen la vida y el futuro de
los niños, como se puede ver en El Camarada.
- Del 1939
al 1950 se puede identificar el modelo de niño travieso, donde el/la protagonista
vive en un mundo real y vive una serie de aventuras, las cuales le ayudan a
comprender la sociedad adulta. Esto se puede ver en Antoñita la fantástica.
- De 1951 a
1962, se adopta el modelo de niño travieso-ejemplar, en el cual se utiliza
niños traviesos, con las reacciones típicas de niños de la edad, uniendo
aspectos de las dos décadas anteriores, como se puede ver en Marcelino Pan y
Vino.
- De 1962 a
1973, se adopta el modelo de niño rebelde, ya que en la década de los 60 se dio
paso a una etapa de apertura y optimismo en la sociedad. En este modelo, el protagonista
empieza a ser un niño más pícaro, como se puede ver en El polizón de Ulises,
donde éste se reserva para sí una parte de su personalidad.
-
Finalmente, de 1973 al 1985, se dio un modelo de niño independiente, el cual tiene
la capacidad suficiente para hacerse oír entre los demás, y lo exige, como se
puede ver en La ciudad que tenía de todo.
Por todo esto, se puede observar un caro
cambio en la literatura, conforme la sociedad va cambiando. Es decir, donde hay
una sociedad cerrada, hay un niño sumiso, que a medida que la sociedad se va
modernizando, pasa por una serie de cambios, propias de la época en la que se
sitúe, hasta llegar a un modelo de niño independiente, actuando la literatura
de esta manera como reflejo del mundo.
Pienso que este cambio se ve en la
literatura, ya que las personas contaban historias basadas en su forma de vida,
es decir, su ideología, lo “normal” para la época en la que se encuentran…etc.
Lo mismo pasa con la forma de ser de los
niños. Personalmente, he podido observar como el comportamiento de los niños
cambia a lo largo de los años. Antes los niños eran más disciplinados, se comportaban
diferente en muchos aspectos.
Mis abuelos, sin ir más lejos, siempre me han
comentado que la actitud que los jóvenes tenemos ahora, en su época era
impensable, ya que eran mucho más educados con sus mayores, con las visitas,
jugaban a otras cosas (pero eso lo atribuyo a los avances tecnológicos), se dirigían
a los adultos de otra forma, si llegaban visitas se levantaban a saludarles y
se quedaban en el cuarto donde la visita estuviera, aunque esta no les
interesara lo más mínimo…etc. Estaban educados de forma diferente, no mejor ni
peor, diferente, y con ellos, los personajes de sus historias favoritas.
Así que, si se piensa bien, estos cambios son
lógicos, ¿no os parece?
Si alguien, después de esta lectura, quiere
dejar un comentario contando lo que opina, lo que siente, su opinión o lo que
sea, QUE SEA BIENVENIDO/A.
Muy buena entrada, Raquel.
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